Contra los valores europeos

Durante el primer mes de su gobierno, Donald Trump ha dado un vuelco a su país, al comercio internacional y al equilibrio de fuerzas en el mundo. No se puede hacer más en tan corto lapso de tiempo. Tampoco se puede hacer peor. Ha tomado muchas medidas criticables que van desde la pura anécdota, como rebautizar el Golfo de México, hasta acciones temerarias cuyo auténtico efecto solo se verá con el transcurso del tiempo, como despedir funcionarios a mansalva poniendo al mando de la operación de adelgazamiento de la Administración al lego en esas cuestiones Elon Musk, asistido por un grupo de jóvenes técnicos que nunca han tenido nada que ver con el funcionamiento del Estado.

Veamos hoy las repercusiones que puede tener para Europa el mandato de Trump. La reciente visita del vicepresidente J. D. Vance a Múnich ha sido toda una declaración de intenciones muy esclarecedora. Afirmó Vance que el peligro para Europa no procede de la Rusia de Putin, sino que sus enemigos se encuentran “dentro del propio continente”. El vicepresidente estadounidense acusó a los gobiernos europeos de alejarse de sus valores e ignorar las preocupaciones de los votantes sobre la migración y la libertad de expresión. Ya sabemos cuál debe ser la respuesta que, según Vance, debería darse a la inmigración: las manidas y paranoides recetas de la extrema derecha xenófoba. Es sabido que Elon Musk apoya, parece ser que incluso aportando fondos, a partidos europeos de extrema derecha como el alemán AfD y el español Vox. Tanto la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, como su homólogo húngaro Viktor Orbán gozan de la bendición de los que hoy mandan en Washington que reciben esta semana una nutrida representación de líderes europeos de la extrema derecha en el aquelarre anual republicano de la CPAC. En cuanto a la libertad de expresión, la concepción de Trump, Vance y Musk no es otra que la barra libre a las redes sociales sin ningún tipo de moderación ni filtros que eviten la propalación de bulos y la intervención de bots y otros medios de intoxicación que solo los muy ricos, o lo tiranos como Putin, pueden permitirse. Justamente Europa está tratando de plantar cara a los magnates tecnológicos para impedir que puedan manipular la opinión pública a favor de sus intereses, que curiosamente ahora coinciden con los de los regímenes autoritarios.

Con todo, lo más preocupante para Europa es el giro brusco de la política de Washington respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania. Del apoyo a la amenazada Ucrania se ha pasado a impulsar un “plan de paz” con negociaciones directas entre Estados Unidos y Rusia, excluyendo tanto a la propia Ucrania como a la UE. En ellas, Trump ha asumido como propias las posturas de Putin: Ucrania nunca ingresará en la OTAN y renunciará a los territorios ocupados por Rusia. Además deberá suministrar a Estados Unidos tierras raras y otros valiosos minerales como “pago” de las “inversiones” efectuadas en armamento suministrado a lo largo de la guerra.

Esta nueva posición constituye de hecho una amenaza para otros países europeos. Si Rusia obtiene un éxito total con la invasión de Ucrania ¿por qué no intentar aventuras similares en los países bálticos Letonia, Estonia y Lituania? Noruega o Finlandia pueden sentirse amenazadas por la voracidad imperial de Putin. En Suecia también se empieza a sentir el aliento en el cogote del oso ruso. Estas amenazas no son baladíes teniendo en cuenta que Trump ha dado pistas de no sentirse comprometido con el atlantismo de la OTAN, y ha proclamado que Europa debe invertir más en su defensa.

El modo de vida europeo se está viendo, pues, comprometido con la segunda presidencia de Estados Unidos del inquilino de Mar-a-Lago. No solo porque el paraguas de la OTAN está en entredicho o porque la Rusia de Putin está recibiendo un espaldarazo en su expansión imperialista. También porque el apoyo a los partidos de extrema derecha desde el otro lado del Atlántico puede hacer subir la marea de unas formaciones políticas antieuropeas y contrarias a los valores que hacen de Europa el mejor lugar del mundo para vivir.

Artículo aparecido en:
La Opinión de Murcia

Fecha publicación:
23/02/2025


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