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Emigración y xenofobia |
Desde la ventana del colegio de Ourense donde cursaba el bachillerato podía ver todas las mañanas las largas colas que se formaban ante la Oficina de Emigración en la que firmaban contratos en Suiza, Francia y Alemania muchos paisanos míos que huían de la miseria del minifundio. En efecto, los países más industrializados de Europa han alcanzado su prosperidad gracias a la mano de obra inmigrante que ha impulsado sus fábricas al mismo tiempo que las remesas que enviaban los emigrantes españoles mejoraban la vida de los familiares que se habían quedado en la aldea. Al regreso del país que les había dado acogida, muchos, con los ahorros que habían conseguido y la capacitación que habían logrado, eran capaces de iniciar un pequeño negocio que generaba trabajo y riqueza.
Es proverbial la capacidad de Estados Unidos para atraer talento de todas partes de mundo e integrarlo en sus industrias más punteras, sus centros de investigación más avanzados o sus hospitales de referencia mundial. España, a su vez, ha pasado de ser un país que exportaba mano de obra a incorporar a gente de otros países en su sistema productivo. Organismos nacionales e internacionales cifran entre 250.000 y 300.000 inmigrantes anuales las necesidades de nuestro país para mantener el estado de bienestar y más en concreto para garantizar el futuro de las pensiones cuando se vayan jubilando los ‘baby boomers’.
Sin duda la convivencia entre gentes de diferentes orígenes, costumbres, creencias y tradiciones presenta no pocos problemas. No obstante, las sociedades mestizas son mucho más dinámicas y evolucionan con mucha mayor facilidad que aquellas otras lastradas por una homogeneidad que no tolera la disidencia. Es el triunfo de las sociedades abiertas frente a las cerradas en las que está mal visto salirse de los estrechos raíles por los que se ha discurrido secularmente.
Esto es lo que dicta el sentido común. Pero la realidad empieza a circular por otros cauces. Esta semana los medios han publicado la peripecia del brasileño Carlos Eduardo Pedreira para obtener la nacionalidad española. Pedreira ha tenido que acudir a los tribunales para que el Ministerio de Justicia le concediera la nacionalidad siete años después de haberla solicitado. El brasileño es un investigador brillante que ha contribuido en Salamanca a la obtención de una herramienta para diagnosticar tumores. Perfectamente integrado en España, el Ministerio de Justicia ignoró todos los papeles que había aportado en su petición, e incluso la Abogacía del Estado incorporó nuevas exigencias a Pedreira en los tribunales. Es como si a alguien que le hubiera tocado un premio de la lotería se le pusieran todo tipo de trabas para que se le abonase el importe del mismo. Se diría que el Ministerio de Justicia obedeciera los dictados de Vox.
Tanto las deportaciones masivas de emigrantes que Donald Trump ha abordado como una de las primeras medidas de su mandato como la negación de la nacionalidad a los nacidos en suelo estadounidense siguen esa misma absurda línea xenófoba de tirar piedras contra el propio tejado.
Y también en Europa los vientos de la ultraderecha están trayendo dificultadas para los que llegan de fuera. Se está restringiendo la libre circulación en el espacio Schengen y también el derecho de asilo. Primero fueron los gobiernos de Hungría e Italia, de carácter marcadamente ultraderechista y xenófobo, pero es que Alemania, bajo la influencia de la AfD, está avanzando en el mismo sentido, lo que ha llevado a Angela Merkel a salir de su silencio para advertir de los pasos atrás que se están dando en su país. Incluso Meloni está iniciando deportaciones de inmigrantes a Albania, lo mismo que Trump se ha propuesto hacer en Guantánamo.
Todo apunta a que la xenofobia rampante acabará cerrando las puertas a una indudable fuente de progreso y avance como siempre ha sido la incorporación de trabajadores extranjeros cualificados y no cualificados. Xenofobia cruel y necia frente a humanitarismo y sentido común. |
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Artículo
aparecido en:
La Opinión de Murcia |
Fecha publicación:
02/02/2025
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