Visión en túnel

Hay que repetir que en estas elecciones europeas nos jugamos mucho, y la frase no es un tópico sin fundamento. La invasión rusa de Ucrania nos ha hecho despertar de un sueño pacifista ingenuo y plantea nuevas necesidades defensivas para la UE. El profundo cambio tecnológico que plantea la IA es a la vez un desafío económico al que Europa solo puede hacer frente uniendo las fuerzas de todos los países miembros, remando en la misma dirección. El cambio climático, el desarrollo de energías renovables, la economía circular, la homogeneización fiscal… por más que se hayan convertido en tópicos de tertulia y conversación, son retos reales para los que hacen falta tanto voluntad europeísta como instituciones de gobernanza común sólidas. Decía hace unos días José Mujica, el respetado expresidente uruguayo, que los pueblos también se equivocan. Aquello de que el pueblo es sabio cuando vota es una de esas frases hechas que todo el mundo repite y que son completamente falaces. El previsible auge de la extrema derecha nacionalista y eurófoba en estas elecciones del 9-J será muy probablemente uno de esos casos que dan la razón a Mujica. Que adquieran peso en su gobernanza sus enemigos internos es lo peor para la UE.

La campaña discurre en España no voy a decir de la peor manera posible, por no ponerme apocalíptico, pero desde luego no es esperanzador cómo se está desarrollando. No es necesario que Feijóo proclame tres veces antes de que cante el gallo —de momento ya van dos— que Meloni es de los suyos para darnos cuenta de cómo el PP se va aproximando a la extrema derecha. Tampoco era imprescindible constatar que el partido conservador español gobierna en ayuntamientos y autonomías en coalición con Vox, el partido huésped de Milei, para percatarse de que se sitúa en la vecindad de la derecha xenófoba.

Al PP le ha salido una excrecencia por la derecha y se ha escapado a su control. El huevo de la serpiente se ha incubado largamente en el seno del PP, ha eclosionado y decididamente, su partido nodriza no sabe cómo manejarlo. Hasta ahora solo acierta a mimetizarlo en parte. No es casualidad que Abascal y otros líderes de Vox hayan dejado la militancia en el PP para impulsar esta formación de extrema derecha.

Así, la campaña del PP para las europeas es más propia de un partido nacionalista eurófobo que de una formación conservadora europeísta. En primer lugar, el eje de esta campaña pivota para el PP sobre el desalojo de Sánchez de La Moncloa. Y la palanca con la que se proponen realizar ese desalojo es la investigación judicial acerca del presunto tráfico de influencias de Begoña Gómez, la esposa de Sánchez. Sin prejuzgar la culpabilidad o inocencia de Gómez, no es buena noticia que el PP ponga el foco en un asunto doméstico, en principio poco relacionado con lo que se dirime en estos comicios. Otro tanto se puede decir de la Ley de Amnistía. Sin entrar tampoco en si es o no constitucional o si es una claudicación ante los independentistas de cuyo voto depende Sánchez en el Congreso, también se trata de un tema en clave puramente interna. No pongo en duda que esa campaña resulte exitosa y que logre una gran cantidad de votos para los candidatos de PP al Parlamento Europeo. Sin embargo, nos aleja demasiado de lo que realmente es importante para la UE.

No es buena noticia que un partido como el PP, integrado en el PPE, el más antiguo y actualmente el que más diputados tiene en la Eurocámara, reduzca su radio de acción a asuntos básicamente de política nacional. Vox, por su parte, ha conseguido mucha más resonancia mediática internacional como anfitrión del presidente Argentino Javier Milei y con las imágenes de Santiago Abascal reunido con el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Y por desgracia no es solo el PP español el que se está aproximando a la extrema derecha. También la presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, ha cruzado lo que hasta ahora era una línea roja para ella y se ha abierto a futuros pactos con la extrema derecha que en Europa parece surfear la cresta de la ola. Ojalá que se equivoquen las encuestas y no el buen pueblo europeo en las urnas.

Artículo aparecido en:
La Opinión de Murcia

Fecha publicación:
02/06/2024


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