Una buena imagen

Esperpento
Si nada lo remedia, mañana se presentará en el Congreso de los Diputados una moción de censura contra el presidente Pedro Sánchez por parte de Vox. Es la segunda que el partido de extrema derecha español presenta en esta legislatura y, como en la anterior, sin contar con más apoyo que el de sus 55 diputados, es decir sin ninguna posibilidad de que pueda prosperar y se produzca la sustitución de Sánchez al frente del ejecutivo. La moción de censura que regula nuestro ordenamiento jurídico es lo que se llama una moción constructiva. Eso quiere decir que se ha de presentar un proyecto de gobierno y un presidente alternativos. El plan de Gobierno lo juzgaremos cuando lo defienda en el pleno el candidato propuesto, que no es otro que Ramón Tamames, de 89 años, retirado de la política activa desde 1990. Tamames inició su andadura en el Partido Comunista, siguió con la Federación Progresista que él mismo fundó y que luego se integró en Izquierda Unida, para pasarse en 1989 al CDS, el partido de Adolfo Suárez que sucedió a la extinta UCD. Para completar su trayectoria política ya solo le faltaba al viejo militante comunista reintegrarse en un partido de extrema derecha como es Vox. La jugada de Santiago Abascal, que para no sufrir una segunda sonada derrota en una moción de censura se oculta detrás de un mascarón de proa como Tamames, roza el esperpento. El candidato de Vox ha justificado su aceptación de la propuesta de Abascal diciendo que se arrepentiría toda su vida si no lo hacía. Bien hubiera valido la pena que aguantara durante un tiempito el dolor que le pudiera causar ese arrepentimiento antes que poner semejante colofón a su peculiar trayectoria. Además, el nivel del debate del parlamento español ya ha dado apreciables síntomas de empobrecimiento a base de enfrentamientos a cara de perro montando unos rifirrafes que caen con frecuencia, no solo en la descalificación gratuita, sino también en el puro y duro insulto. Lo único que faltaba era que Vox monte un tinglado como el que se avecina para descender un peldaño más en este parlamentarismo ramplón.

Ideología y técnica jurídica
Si la ley del “solo sí es sí” en su corta andadura ya ha puesto de manifiesto la improvisación con la que se pergeñó y las nefastas consecuencias que está acarreando, se aproxima la aprobación de la otra ley estrella del Ministerio de Igualdad, la “ley trans”. No solo en Suecia y otros países nórdicos se están viendo ya las consecuencias de tránsitos de sexo de personas inmaduras que luego se arrepienten del paso dado, muchas veces cuando ya se ha avanzado por un camino que deja secuelas irreversibles. En esos países también han visto que adolescentes con trastornos de conducta, amparados por la acogida que les brindan algunos colectivos, se deciden a abordar tránsitos de sexo en los que finalmente, y como podía preverse, no encuentran la solución a sus problemas. Pero es que ya en España están apareciendo casos en los que se ha obrado con ligereza iniciando tratamientos hormonales y quirúrgicos en personas, por ejemplo con trastornos del espectro autista, a los que se les han causado daños irreparables. Es muy loable el deseo de evitar sufrimientos a las personas con disforia sexual y desde luego es necesario legislar para evitar las trabas que les impidan encontrar su modo de ser y de vivir sin sufrimientos. Sin embargo, legislar a la ligera puede causar mucho más daño que el beneficio que pretende. No se puede sustituir la técnica jurídica, un saber riguroso y de lento aprendizaje, por ideología barata aunque bien intencionada. Y da la impresión de que en el Ministerio de Igualdad andan tan sobrados de ideología de la que tiene la respuesta verdadera para todo como faltos de técnica jurídica rigurosa. Una lástima que pagan cara los ciudadanos afectados.

Artículo aparecido en:
La Opinión de Murcia

Fecha publicación:
26/02/2023


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