Del puente a la sentina


Capítulo 39

La importancia de los medios


Sin duda el CNI español y el mexicano, que ya es casualidad que los dos servicios secretos tengan las mismas siglas, debían de estar siguiendo también la operación de asalto a la compañía eléctrica española. Y yo, como comprenderá cualquiera, no tenía el más mínimo interés en que obtuvieran información a costa de mis investigaciones. Eso obligaba a tener mucho cuidado con las comunicaciones, evitando las escuchas y los seguimientos. Los del CNI no iban a actuar en contra de los intereses de España, por lo que había que hilar fino para no pisarles un callo; pero yo tenía claro que a quien tenía que satisfacer era a mi cliente. Además, a los del CNI ya les fastidia mucho que los maderos hagamos trabajos de inteligencia que querrían tener en exclusiva para ellos.

Los que me contrataron sabían de sobra que no basta con conseguir información. Hay por ahí agencias de detectives capaces de averiguar alguna cosilla. Por cierto, una muy conocida de Barcelona estuvo removiendo Roma con Santiago para que Albareda los contratara, al parecer sin éxito. Pero muchas veces el valor de esas informaciones tiene que llegar a los medios de comunicación. Vamos a ver, hay cosas que solo deben conocer unos pocos, como por ejemplo cuando se trata de adelantarse a los movimientos de la parte contraria. Pero hay otras que pueden desbaratar una operación secreta en cuanto sean conocidas. Algunas operaciones secretas pierden buena parte de sus posibilidades de tener éxito si dejan de ser secretas. Y cuantos más pormenores se sepan, más se debilitan. Para conseguir eso hay que tener acceso a los medios. O sea, que te crean cuando les das una información. Porque si dudan de ti, nunca se van a atrever a publicarla. Está bien anticiparse a los movimientos del rival, pero en algunos casos está mejor neutralizarlos antes de que se produzcan. Aunque quiero, señoría, que quede muy claro que en este caso yo no solo actuaba por dinero. Las cifras que por ahí se barajan no son muy abultadas, sobre todo teniendo en cuenta los gastos que conllevan estas operaciones. Como servidor del Estado que siempre me he considerado, para mí tenía mucha importancia evitar que Albareda acabara poniendo en manos extranjeras una empresa de tanto interés estratégico para España. Y más aún cuando todo el mundo se maliciaba que la empresa mexicana pretendía hacerse con la tecnología de la española sin pagarla, solo nombrando a técnicos de su confianza desde el consejo de administración. Una jugada redonda, vamos.

Publicado el 9 de agosto de 2022.


Volver a página anterior