Del puente a la sentina


Capítulo 20

Continuar con lo que hay


El señor Troncoso veía pasar montones y montones de pasta delante de sus narices e hizo lo que muchos harían en su lugar. Es muy difícil estar viendo el alegre revoloteo de billetes y no sentir el deseo, muy humano, de echarle el guante a algunos. Así que, empiezas a mirar alrededor y, cuando crees que nadie te ve, te metes unos cuantos en el bolsillo y, a otra cosa mariposa. Luego, los billetes aparecen por arte de birlibirloque en Suiza, en Andorra o en algún otro sitio en el que no preguntan mucho sobre el origen de esa pasta. Eso es lo que le pasó al señor Troncoso. No fue él, ni mucho menos el que empezó con el sistema. Eso ya venía de atrás, de muy atrás. Él no fue el inventor del flujo de dinero negro en su partido, no. Eso ya pasaba mucho antes, en el suyo y en otros partidos.

No sé si recuerda su señoría el caso de aquel espontáneo que se hacía pasar por un representante de otro partido, entonces en el poder. Había conseguido fotos al lado de altos dirigentes del partido e iba de empresa en empresa presentándose como el encargado de la recaudación. De esa manera consiguió importantes cantidades de dinero de las empresas de construcción. Todo el mundo pagaba sin rechistar, hasta que se descubrió el tomate. Y el tipo no solo no representaba, sino que ni siquiera militaba en ese partido. Lo cual prueba que cualquier empresa que pueda optar a una concesión pública está dispuesta a pagar una mordida con la esperanza de recibir un trato de favor.

No, señoría, no voy a contarle la historia de la contabilidad paralela en el partido. Solo quiero ponerle en antecedentes de cómo se llegó a lo que se llegó. El cobro de comisiones estaba totalmente institucionalizado y normalizado cuando él asumió a la gerencia. Verá, señoría, Fernando Troncoso lo único que quería era tener a todo el mundo contento. Los que recibían sus famosos sobres -porque es cierto que había sobres, digan lo que digan los que los recibían- tenían un buen motivo para no hacer preguntas. Y él consiguió hacerse imprescindible para que toda la maquinaria se mantuviera perfectamente engrasada y funcionando a la perfección.

Publicado el 21 de julio de 2022.


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