Del puente a la sentina


Capítulo 14

La tinta del calamar


¿Un potentado? No, señoría, así fue la caricatura que hizo de mí Aguirre en su serie de artículos publicados en un gran periódico con la intención de tumbarme, cuando yo ya había tropezado con la cúpula del CNI.

Y con relación a la cantidad de dinero que dicen que he cobrado al mismo tiempo que estaba en activo en la policía, dos cosas he de decirle. Primero, que no es cierto que todo el tiempo que estuve al frente de mis empresas me encontrase en activo, porque estuve en excedencia unos 10 años. Sí, señoría, es cierto, durante mucho tiempo hice compatible la gestión de mis empresas con mi condición de funcionario. Pero lo segundo que le tengo que decir es que siempre lo hice con el conocimiento y la aprobación de mis superiores. Verá usted, un policía tiene que llevar a cabo funciones especiales y usar las tapaderas que necesite para mejor desempeñar su función. En muchas ocasiones un policía se ha de infiltrar en alguna organización y tiene que cumplir con lo que haga falta para poder trabajar. No es el primer caso, por ejemplo, de un policía que está en la nómina y cobrando de una organización mientras cumple con su función de policía y está en activo y cobrando en el cuerpo. Le pongo un ejemplo. Para hacer seguimiento de yihadistas hace falta, en ocasiones, desempeñar trabajos codo con codo con los sospechosos y estar cobrando la nómina de esa empresa a la vez que la de policía. Y nadie se rasga las vestiduras por eso. Es que es normal. Ya le digo que he trabajado con muchos ministros del Interior y todos sabían lo que yo estaba haciendo. Es decir, desempeñar mi trabajo de policía con misiones de alta cualificación. Tenía empresas bien organizadas y yo podía dedicar tiempo al servicio público. Puedo demostrar, si me dan acceso a mi documentación, que desempeñé numerosas misiones policiales en el extranjero. He cometido el error de cruzarme con los servicios de inteligencia militar y con algunos iluminados de la división de Asuntos Internos que han querido acabar conmigo. Y, de momento, parece que van ganando. Así estoy, declarando ante su señoría. Con ánimo de colaborar. Para nada estoy empleando la táctica del calamar emborronándolo todo, no, no. Pero como comprenderá hay cosas que le puedo contar y otras que no. Existe una Ley de Secretos oficiales a la que debo obediencia.

Publicado el 15 de julio de 2022.


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