Diario apócrifo


Capítulo 60

Carnaza


Bueno, mi nieta Leonor ya ha ingresado en la Academia de Zaragoza y comienza su formación militar. A ver si le sirve de algo más que a su padre. Es un periodo de camaradería y forja de amistades y alianzas que quedan para siempre. Aunque yo creo que a Leonor la mangonea Leticia. La familia. A mi hija Elena le molestaron mucho las trabas que me pusieron para ir a Barcelona antes de regresar a Abu Dabi desde Sanxenxo. Ella opina que de ninguna manera tengo que pedir permiso a Felipe para hacer lo que me venga en gana. Critica el comportamiento cobardón de su hermano. Es que está tan obsesionado con que la Monarquía española no se deteriore irreversiblemente que dice sí y amén a todo lo que ordenen desde La Moncloa. Que no digo yo que no haya que aceitar las relaciones con el Gobierno de turno, pero también digo que un Rey es un Rey. ¿Que a ellos los elige el pueblo y a los reyes no? Pues ahí está la cuestión, que a ellos los ponen de patitas en la calle y a nosotros, no. Yo, cuando se ponía chulo algún presidente, y Aznar no es que se pusiera, es que era chulo, pensaba para mis adentros: tú te irás y vendrá otro en tu lugar y yo seguiré estando aquí. Mira que había que tragar quina con el del bigotito. Lo de la boda de El Escorial fue el no va más. A ese le hizo mucho daño que Bush hijo lo metiera en el trío de la bencina de las Azores y lo tratara como si fuera importante. Importante era Blair, pero Aznar era el chisgarabís del grupo. Y si Bush le daba cancha era por interés y porque él mismo no era muy esclarecido y veía en su amigo español a un semejante. Pero el tipo se endiosó y llegó hasta lo de la boda de su hija en El Escorial, como si él mismo fuera un rey, y lo que hizo fue de un ridículo espantoso. Allí estuvo la plana mayor de lo que luego fue la Gürtel y hasta el payaso de Bernardino Lombao, su personal trainer, como diría él mismo con acento tejano, haciendo el pino ante las cámaras de televisión. Aquello fue grotesco hasta decir basta.

Pues eso, que mi hijo Felipe todavía tiene que aprender cómo tratar a los presidentes del Gobierno. Y desde luego como no hay que tratarlos es diciendo sí y amén a todo lo que les salga de su santa voluntad. Y si dicen, pues que digan, que la prensa es la gran consumidora de carnaza a la que no hay que hacer tanto caso, si lo sabré yo.

Publicado el 29 de agosto de 2023.


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