Diario apócrifo


Capítulo 49

Jurar en falso


Con las visitas de ayer a la mezquita de Sheikh Zayed y al palacio del jeque abandoné la rememoración de los primeros tiempos de mi reinado. Hoy, que la mayor novedad que tengo es la nueva paliza que me han dado los fisios, vuelvo con el tema. Como dije, los militares no podían ver ni en pintura a Suárez. Y la razón es que los había engañado. Una vez reunió a los miembros de la cúpula militar en su despacho para informarles de sus planes de Gobierno. En esa reunión les juró que nunca legalizaría al Partido Comunista. Los generales salieron encantados. Y casi cuando se dieron la vuelta, ya había legalizado a los comunistas, que luego resultaron ser muy leales. Es que Adolfo era un encantador de serpientes. Lo definió muy bien Alfonso Guerra, un figura, el Guerra, cuando le llamó “tahúr del Misisipi”. Esa lealtad fue un gran mérito de Carrillo, que resultó ser un tipo muy tratable. Sin embargo, los militares no paraban de recordar su papel en Paracuellos y por eso nunca le perdonaron a Suárez que legalizara su partido y compadreara con él. Pero claro, lo fundamental es que prometió una cosa y luego hizo otra y para la clase militar ya fue para siempre un traidor.

Otra cosa que no le perdonaban a Suárez era su incapacidad para parar a ETA cuando empezó a matar militares en sus cobardes atentados. Por si fuera poco, los militares creían que el invento de las autonomías atentaba contra la sagrada unidad de la patria. Y no solo los militares. Había que estar allí para saber lo que yo pasé, bueno y Sofía también, cuando los nacionalistas nos prepararon aquella encerrona en la Casa de Juntas de Guernica, y los filoetarras nos cantaron el Eusko Gudariak sin que nadie, pero nadie, hiciera nada por pararlos. Aquel estado de cosas sí que había que pararlo. Y yo lo dije en voz alta ante quien quisiera escucharme. ¿Qué eso alentó el golpe del 23-F? No voy a negar que puede ser, pero desde luego tampoco era mi intención propiciar la entrada de Tejero pegando tiros en el Congreso. Aquello sí que fue un esperpento ante la Europa que estaba mirando con lupa nuestra salida de la dictadura.

Publicado el 18 de agosto de 2023.


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