Diario apócrifo


Capítulo 41

Leña al mono


Hoy la paliza que me han dado los fisios es de las de campeonato. He quedado dolorido y “pa’ las mulillas”. Así que, para olvidarlo, lo mejor es seguir con los recuerdos de mis primeros tiempos, que me está gustando esto de rememorar y escribir, quién me lo iba a decir. He de reconocer que la aprobación de la Ley de Reforma Política, que dio la puntilla a la dictadura, fue un triunfo personal de Adolfo y de Torcuato. Me consta que tuvieron que hacer encaje de bolillos para lograr que los procuradores —como se les llamaba entonces a los parlamentarios— votaran a favor de una ley que desmontaba el régimen al que debían su carguito de procuradores. Seguramente no hay una explicación única de por qué votaron tantos a favor de esa ley de borrón y cuenta nueva, pero yo estoy convencido de que muchos de aquellos procuradores estaban convencidos de que los iban a volver a elegir para el mismo puesto. En el tiempo que siguió a continuación hubo bastante barullo como consecuencia de las luchas entre los que no querían dejar el poder al que estaban encaramados y los que aspiraban a conseguir un lugar al sol de la nueva democracia. Grupos y grupúsculos, cada uno con su peculiar ideología y sus teorías acerca de la “realidad española”, desde las que conspiraban constantemente. Porque aquello era un no parar, todo el mundo conspiraba y todo el mundo creía tener una visión certera de esa “realidad española”. Los había más y menos beligerantes, más y menos violentos. Algunos grupúsculos de extrema derecha eran muy violentos y por el otro lado había, sobre todo, una ETA que estaba crecida desde el éxito de su atentado contra Carrero Blanco.

Por si fuera poco, para dar más leña al mono, vino a sumarse un misterioso GRAPO que secuestró a Oriol y a Villaescusa. Al poco, mataron en Atocha a los abogados laboralistas del Partido Comunista. Menos mal que se impuso la cordura en las izquierdas, porque estuvimos a punto de un serio estallido. Yo vi, desde un helicóptero, la gigantesca manifestación silenciosa después de los funerales de los abogados. Aquello sí que me impresionó, debo reconocerlo.

Publicado el 10 de agosto de 2023.


Volver a página anterior