Diario apócrifo


Capítulo 32

Mi rival, mi primo


Bueno, las vacaciones gallegas tocan a su fin. Han estado muy bien. Hemos ganado la regata con el Bribón y he disfrutado de la compañía de mi querida hija Elena y unos buenos amigos. Ya les he dicho que repetiré pronto. De otra manera, pero también me está entreteniendo esto de poner aquí mis recuerdos. Cuando le comenté al doctor que había empezado a escribir este diario le pareció muy bien y me indicó que incluyese en él mis recuerdos. Dijo que cumplía dos funciones. Una, la de mantener viva la memoria, que para los que pasamos de los ochenta es muy importante. Y me dijo que también me podía servir para encontrar mi sitio, ahora que tanto y tan mal se habla de mí en la prensa. No es que yo haya perdido de vista quién soy y el papel que me corresponde en la Historia de España, de ninguna manera. Pero así opongo algo de objetividad a esas valoraciones de mi persona dictadas por el odio y la envidia. Males españoles por excelencia.

Con mi nombramiento como sucesor de Franco en 1969 no se acabaron mis males, y no esperábamos, no Sofía ni yo, que lo peor vendría después. Mira que estaba curtido ya, pero desde 1969 hasta 1975 las pasé canutas. Franco se iba debilitando cada vez más y su mujer estaba crecida y tenía más mando. En tiempos, Franco la silenciaba con bastante brusquedad. “Cállate, mujer, que tú de esto no sabes” le he oído decir al Caudillo en más de una ocasión. Pero su nieta mayor acababa de casarse con mi primo Alfonso de Borbón, el hijo de don Jaime, y la señora quería que su nieta recibiera el título de princesa. ¡Nada menos! Doña Carmen la trataba como tal en las reuniones y presionaba para que Franco nombrara sucesor a mi primo. La señora no se contentaba con ser nada menos que la esposa del Jefe del Estado Español, quería culminar su ascenso social formando parte de la familia real. Si solo hubiera sido la señora, bueno va, lo peor era que la facción más reaccionaria del Régimen, con los falangistas a la cabeza, veía con mejores ojos a mi primo que a mí. Todo eso me hizo pasar grandes zozobras. Porque además Franco empezaba a dejarse influenciar por su entorno y me trataba con mucha mayor frialdad que tiempo atrás.

Publicado el 1 de agosto de 2023.


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