Diario apócrifo


Capítulo 18

Tocando el cajón


Cada día estoy más convencido de que la mejor idea que he tenido ha sido fijar aquí mi domicilio fiscal. Así no volverán a meter las narices donde no les importa. Mira que he tenido que hacer virguerías para manejar mi dinero, que si fundaciones, que si testaferros. Aquí, en cambio, nadie va a mirar cuánto tengo ni de dónde lo saco, que ya estaba bien. ¿Que me voy a una regata en Sanxenxo? Pues llego en jet privado como Dios manda, sin preguntarme si algún columnista o algún tertuliano engreído busca el lucimiento criticando mis viajes. Pues no voy a ir en línea regular, como si fuera yo un turista de medio pelo.

Afortunadamente, para mí se han acabado los tiempos en que era Príncipe de Asturias, que tenía que viajar en clase turista. Bien me acuerdo de dos veces que el sobrecargo me hizo pasar a primera clase y salió de la cabina el capitán, las dos veces el mismo, un falangista de bigotillo fino y camisa azul bajo la chaqueta de uniforme; el tipo me pidió el billete y me hizo volver a mi asiento. Ya recibí suficientes humillaciones cuando no me quedaba otra. Así que sí, vuelo en jet privado ¿qué pasa?

Por cierto, a ver si el estreñido de mi hijo se relaja un poco de una vez y deja de poner tantas pegas a que vaya y venga cuando a mí me apetezca e incluso a que me vuelva a instalar en España. Que si el Gobierno se opone a mi presencia en España, que si pongo en peligro la monarquía … agonías, que es un agonías. A ver cuándo aprende a ser rey, que me lo han sacado en la tele tocando un cajón flamenco, el rey de España como si fuera un gitano. ¡Ay, ¿qué digo? Que ahora no se puede decir gitano. Habrá que decir romaní, o algo por el estilo. No, si la Leticia esa tan marisabidilla ya le dirá lo que tiene que hacer. Y como ella trabajó en la tele, le habrá aconsejado cómo lo tienen que sacar. Mira que prestarse a lo del cajón… Las únicas cajas que tiene que tocar él son las cajas de caudales, como yo.

Publicado el 18 de julio de 2023.


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