Diario apócrifo


Capítulo 9

Carreras


Hoy volví a ver otra corrida de toros de las que me trajo Pedro Campos. No sé cuántas vienen en el disco duro. Yo no me manejo con esos cacharros, pero hay un escolta que es un virguero con la informática y es el que se encarga de ponérmelas cuando se lo pido. Me dice: “majestad, cuando quiera ver algo, una peli, una serie, un partido, lo que sea, no tiene nada más que decírmelo y se lo consigo yo. Coste cero”. Si ya estamos suscritos a varias plataformas y es él el que me dice lo que hay que ver en cada una y quien se encarga de ponérmelo en la tele. Pero se ve que hay cosas más allá de las plataformas. En fin, me fio de él porque es un poli.

A falta de corridas, lo que más me gusta de aquí es el circuito de carreras Yas Marine. La pena es que la Fórmula 1, que nunca me pierdo, solo se celebra una vez al año. De hecho, estoy impaciente por que llegue el 24 de noviembre, el Gran Premio de Abu Dabi. Además, ahora que un español como Fernando Alonso vuelve a correr con posibilidades de podio, me divierte más. Lo que siento es estar ya un poco mayor según para qué cosas. Cuando llegó mi nieto Felipe lo llevé al circuito y le alquilé un Fórmula 3 para que lo condujera. Creo que no ha disfrutado tanto nunca en su vida. Se metía unos derrapajes el chaval que era para verlo. Menos mal que le reservé tres turnos, una hora en total pilotando. Se ve que lleva la velocidad en los genes. Lo que me ha gustado a mí correr. Con el volante de un Ferrari entre las manos y la carretera de Madrid a Barcelona por delante he volado. Felipe tiene mano para los coches, pero nada comparado con la que yo tenía. He hecho velocidades medias de escándalo y sin un solo percance. Ahora me tienen entre algodones, que si por mí fuera, todavía le daba yo un tiento a un bólido de esos.

Publicado el 9 de julio de 2023.


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