Enfermedad degenerativa

"La imposibilidad de llegar a pactos para renovar el Consejo General de Poder Judicial o el Tribunal de Cuentas se ha convertido en una peligrosa negligencia, en otro triste ejemplo del sectarismo que domina la política española."
Nicolás Redondo Terreros, exsecretario general del PSE-PSOE.

La democracia española aparentemente goza de buena salud. Pese a la fragmentación del Parlamento y a la ausencia de mayorías bien cohesionadas y más o menos homogéneas, las instituciones van funcionando, se aprueban los presupuestos y no hay parálisis legislativa. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, la democracia actual se basa en el principio de separación de poderes que permitan el libre juego de Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Y ahí es donde chirrían más los goznes democráticos en España. Esa imposibilidad manifiesta de llegar a consensos que permitan la renovación de los principales órganos del Poder Judicial es un serio síntoma de que la enfermedad degenerativa de la democracia española puede ser grave.

La opinión de Murcia, 8 de agosto de 2021.


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